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Datos curiosos sobre el inglés vocacional como segundo idioma
¿Estás estudiando inglés vocacional como segundo idioma? Entonces, debes haber escuchado muchas cosas que te inspiran a hacerlo. Sin embargo, hay algunas que probablemente no sepas porque son menos conocidas. Te parecerán atractivas e interesantes.
Empezando por la mezcla de raíces latinas, anglosajonas y germánicas que tiene esta lengua. Además de la influencia que tuvo el autor de “Romeo y Julieta” en su desarrollo. ¿Sabías que inventó al menos mil 700 palabras que hoy en día son muy populares?
Te sorprende, ¿verdad? Cuestiones tan peculiares como estas hacen las clases más amenas. Incluso, facilitan el aprendizaje e incentivan a seguir investigando. Si lo intentas, de seguro encontrarás más datos curiosos que llamen tu atención.
Por eso, decidimos recopilar varios de ellos para mostrártelos en este artículo. ¿Quieres conocerlos? Debe haber por lo menos uno que jamás hayas oído. Prepárate para descubrir cuáles son esas curiosidades que te asombrarán.
Inglés vocacional como segundo idioma – El papel de Shakespeare
Si has leído alguna vez a Shakespeare, sabrás por qué se le considera una figura única de la literatura inglésa. Este personaje no solo creó célebres obras como la trágica historia de los dos jóvenes enamorados. Su escritura también desempeñó un rol importante en el lenguaje.
Su genio aportó muchas palabras nuevas al vocabulario, que no tenía una estructura fija para su época. Entre ellas, las comúnmente utilizadas “puppy dog” (cachorro), “fashionable” (de moda), “lonely” (solitario), y “alligator” (caimán).
Otras de las que inventó y seguramente dices con frecuencia son: “eyeball” (globo ocular), “immerse” (sumergir), “gossip” (chismear), “sprout” (brote) y “torture” (torturar). Para crearlas, tomó prestadas ideas de otras lenguas y las adaptó.
Entre otras cosas, cambió partes del discurso por otras, añadió sufijos y prefijos que no se habían usado nunca antes. Fue así como el famoso escritor y poeta, de nacionalidad inglésa, lo enriqueció y convirtió en culturalmente significativo.
El inglés como segunda lengua – género gramatical
Otra peculiaridad del inglés vocacional como segundo idioma es que carece de género gramatical. Lo tuvo hasta mediados del siglo XIII, cuando dejó de existir. Aparentemente, debido a la llegada de los vikingos al norte de Inglaterra.
Antes de eso, solía distinguirse el masculino y femenino con un artículo. Se utilizaba “se” para referirse a los hombres y “seo” a las mujeres. Al emplear pronombres no aplicaba “eso” para señalar cosas como hoy, sino “él” o “ella”.
Pero los nórdicos antiguos que invadieron esas tierras llevaron su propio dialecto, que tenía identidad sexual. Puesto que no siempre concordaba con el de los ingléses, los lingüistas creen que la gente no lo usó más para evitar contratiempos.
Alfabeto del inglés vocacional como segundo idioma
Algo igualmente curioso que quizás no sabías, es que el abecedario antiguo tenía más letras que el moderno. Entre ellas, una letra que se escribía casi igual que la “p”. Pero su pronunciación era como la “th” de ahora.
Asimismo, estaba “yogh” que sonaba como una “ch” y la “S” alargada, similar a la “F” con trazo inclinado. Afortunadamente, con el tiempo se ha simplificado. Si te parece difícil aprender la ortografía, imagina cómo sería con tantos signos adicionales.
Así que mejor es dejarlo como está. El actual cuenta con 26 “letters”, de las cuales 21 son consonantes y 5 vocales. En conjunto, constan de aproximadamente 44 sonidos. Además, la letra que más se usa es la “e”. Si te fijas, la mayoría de las palabras la tienen.
La lengua reglamentaria de los pilotos
Por otro lado, para volar hay que saber inglés. No se trata de un capricho, sino de una regla internacional. Todos los aviadores, sin excepción, deben utilizar ese lenguaje para comunicarse mientras vuelan, independientemente de su origen. Por eso, se dice que es el idioma del aire.
Esa norma se estableció en 1977, a raíz de un accidente ocurrido en el aeropuerto de Tenerife. Dos aviones colisionaron, al parecer porque uno de los pilotos no lo hablaba con claridad. Eso impidió que los controladores aéreos entendieran lo que decía.
De manera que si quieres manejar un avión, debes aprobar un examen de competencia. Dicha prueba incluye términos propios de aviación y capacidad de compresión del idioma. Incluso, en situaciones de interferencias y obstrucciones en la radio.
Significado de las palabras y otras curiosidades
Una muestra más de cómo ha evolucionado este lenguaje, es que algunas palabras ya no significan lo mismo que años anteriores. Por ejemplo, la expresión “great” (genial) pasó de una connotación negativa a una positiva. Solía implicar “miedo” o algo tenebroso.
Hay otras con significados opuestos o contónimos, las cuales se construyen en función del contexto. Ej: “Espolvorear”, que puede indicar quitar el polvo o esparcir algo arenoso sobre una superficie. Ya sea harina en una mesa o azúcar encima de un pastel.
Otro dato interesante es que posee alrededor de un millón de vocablos. Sin embargo, los angloparlantes utilizan en promedio 40 mil, específicamente los que tienen título universitario. Las más comunes se limitan a 5 mil y la que se usa con mayor frecuencia es “the” (el, la).